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1 sept. 2014
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Maya Hansen: "Si no hay corsé, no hay Maya Hansen"

Por
EFE
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1 sept. 2014

Madrid - El universo creativo de Maya Hansen abraza el cuerpo de la mujer con delicados y elaborados corsés, costuras cargadas de sensualidad que vuelven a las pasarelas tras una corta baja por maternidad con "Birth", su colección "más auténtica" y en la que vuelve a sus raíces, "a la Maya Hansen de los inicios".

La diseñadora madrileña, de padre argentino y madre danesa, ha tratado de desarrollar una línea de "prêt à porter" con piezas más "comunes", pero la pasarela y sus clientas le piden la prenda que elabora con el mimo de los corseteros de antaño. "Si no hay corsé no hay Maya Hansen", reconoce en una entrevista con Efe Estilo.

Foto: Maya Hansen


Descubrió la costura "corsetier" en una tienda de Berlín de "corsés de verdad", se probó uno y notó la diferencia con todo lo que había visto hasta entonces. El descubrimiento conjugó a la perfección con su predilección por las prendas "complicadas", con peso y "muy estructuradas". El corsé fue desde entonces su objetivo.

Para esta nueva colección, con "un toque más lencero" que las anteriores, ha utilizado su maternidad como fuente de inspiración, relata la diseñadora que se refiere a sí misma como "diseñadora corsetier".

"He tratado de expresar los conceptos de dentro y fuera, el contraste entre lo bonito de esperar una nueva vida y lo duro de los cambios fisiológicos, el exterior y el interior", desgrana la diseñadora, cuyo trabajo fue reconocido con 2010 con el premio L'Oreal a la mejor colección novel de Cibeles.

"Esta es la más auténtica de mis colecciones y en la que menos me importa lo que me diga la gente, con la que siempre he soñado, solo me ha importado que la prenda me guste a mí", señala una creadora que tras los desfiles lee las críticas "buenas y malas", pero reconoce que le interesa más la cuenta de resultados a final de año.

Es una de las diseñadores a la que mejor le va en el plano económico, vende más de la mitad de su producción en el extranjero, y tras participar en la última edición de la feria de lencería de París, ha conseguido tres nuevos puntos de distribución (Líbano, Kuwait, China), que se suman a países como Japón, Polonia o Francia.

Aunque su clienta más famosa es Lady Gaga, parte del grueso de sus encargos proviene en gran medida de mujeres anónimas, "que buscan algo diferente" para su traje de novia u otras ocasiones especiales.

"Hasta hace 5 ó 6 años mis clientas eran superalternativas, pero cada vez viene gente más variada, desde los 25 a los 50 años. Suelen ser inconformistas y tienen más conocimientos de moda que antes", explica sobre la evolución del consumo en los últimos años.

Cada pieza requiere varias horas de trabajo -dependiendo de los materiales empleados-, aunque ha tardado años en desarrollar los patrones que hoy en día utiliza y que colección tras colección incorporan modificaciones.

Sus piezas se pegan al cuerpo de la mujer como un guante, y además de la tela, incorporan una media de 33 ballenas -varas de acero-. Contra la creencia generalizada, el corsé "no tiene nada que ver con un corpiño".

"El cuerpo nota perfectamente la diferencia entre uno y otro. El corsé se ajusta al cuerpo, te sujeta, cuando te doblas vuelve a su forma, un corpiño te dura una noche", explica.

Aunque también avisa, el primer contacto del cuerpo con este tipo de prendas no es amor a primera vista: "Es como unas botas de piel, tienes que hacerte con ellas, pero en cuanto te ves con él puesto lo primero que piensas es "¡Vaya!, ¿Esta soy yo?".

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