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Eva Gracia Morales
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4 mar. 2018
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Altuzarra se centra en el trabajo y se olvida de la diversión

Traducido por
Eva Gracia Morales
Publicado el
4 mar. 2018

Una mañana de sábado, en horario del almuerzo en La Coupole, para contemplar la última colección de Joseph Altuzarra dedicada, muy seriamente, a la ropa de trabajo.


Altuzarra - Fall-Winter2018 - Womenswear - Paris - © PixelFormula


El afamado restaurante de Montparnasse es conocido por sus frescos y pinturas firmadas por importantes artistas, aunque no parecieron haber inspirado en exceso la contenida y bastante modesta colección presentada por el diseñador. Altuzarra se centró en crear un armario para la actual mujer trabajadora, muy ocupada, pese a presentar las prendas en un restaurante que parece pensado para las mujeres con tiempo para ir a comer con tranquilidad.

Resulta que la mujer ideada por Altuzarra presenta una figura solemne, va a su oficina o su galería de arte con abrigos oscuros con cinturón, con chaquetas con potentes solapas o con trajes de tres piezas con estampado príncipe de Gales y rematados con enormes botones.

Para la cena, el diseñador cocinó una serie de vestidos florales de color púrpura oscuro con hombros apuntados y cinturones de cuero. También mostró, al final del pase, unos vestidos y camisetas de ante, piel y punto trenzado que resultaron de lo más llamativo. Soñó con espectaculares vestidos de seda de tie-dye y fue imposible no enamorarse de sus accesorios. Un ejemplo fueron sus gafas de sol de falso aire futurista, que combinaron a la perfección con la canción ‘Love Theme’, de la banda sonora de ‘Blade Runner’, que sonaba de fondo. A Vangelis le habría encantado.
 
“Esta colección creció alrededor de mi recuerdo de las mujeres con las que crecí. Desde mi madre vistiéndose para ir a trabajar, a mis profesoras, las mujeres que vi en París en los ochenta y a todas aquellas que salían en las revistas”, explicó el diseñador en sus notas sobre el desfile.
 
Sin embargo, su paleta de colores fue oscura, incluso sosa, con preponderancia de los tonos nuez, almendra, gris tormenta y verde azulado, algo muy en la línea con esta semana de la moda parisina en la que la mayoría de colecciones han apostado por los tonos apagados. La optimista explosión de color de Londres parece ya un lejano recuerdo.
 
Altuzarra puede presumir de haber presentado una exquisita selección de botas de tacón alto y ante y pendientes con forma de rama con los que derrochar estilo. Pero en todo esto se intuía a un diseñador con más intención de crear prendas comerciales que de hacer algo verdaderamente creativo. Por eso, el desfile pareció más bien un paso atrás respecto a la colección estelar del pasado mes de septiembre presentada en un patio de instituto de París. De lo fabuloso a lo familiar e incluso predecible.

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